4° Foro Mundial del Agua: el recuento de los daños (parte 1)
1. Los kimonos y las fotos
2. La seguridad
3. Los meseros y los taka takas
1. Los kimonos y las fotos
Mucho podrá decirse y desdecirse del foro, pero el día más importante para Pecarí y los de su chamba fue el domingo 19, en que presentaron una sesión (conferencia) sobre manejo y mantenimiento de instalaciones de agua potable. Esta sesión se había venido organizando desde varios meses atrás y contó con la participación de funcionarios de Japón, Senegal, Camboya y México. Para dar realce al evento, y aprovechando que era domingo, las 3 chicas de la oficina que asistieron al foro (en el que por su puesto se incluye a Pecarí) se vistieron de kimono. Sobra decir que la sesión fue todo un éxito y la sala tuvo una asistencia del 130%.
A lo largo del día las fotos no se hicieron esperar por supuesto. No podíamos dar 2 pasos cuando sentíamos el llamado de alguien con una cámara en la mano y la frase de “foto plis” (la gente pensaba que no hablábamos español). Pecarí realmente se sintió rockstar por un día. Pero es bastante cansado, no sólo porque para llegar al comedor uno se tarda 20 minutos, cuando normalmente son sólo 5 (y llega uno literalmente muerto de hambre), sino porque también andar de kimono todo el día es realmente muy pesado.
En fin. Como los conocimientos de html de Pecarí son paupérrimos, no puede pegar las fotos en el presente post, pero puede verlas en el collage de flickr y darles click para verlas más grandes.
2. La seguridad
La seguridad del evento dio mucho que desear. No permitieron el uso del estacionamiento (por aquello de las bombas y el terrorismo) y lo único que provocaron fue una pesadilla vial. Los asistentes debían mostrar siempre su gafete que contaba con sistemas electrónicos para la correcta identificación de la persona. En la entrada principal pasaban este gafete y si era bueno, se prendía una luz verde. Pero la realidad es que la seguridad estaba bien chafa.
En el segundo día del evento, se tuvo que llevar varias cajas con artículos para el stand, y en vez de pasar por la entrada principal, una de las puertas laterales estaba abierta y se nos hizo fácil pasar por ahí. Las 5 personas de la oficina entramos por ahí con nuestras enormes y pesadas cajas, que podían haber contenido alguna especie de arma biológica, bombas, armas de fuego o lo que sea. Nadie revisó gafetes, nadie revisó nada.
Posteriormente Pecarí conoció a una persona que entró sin gafete, se paseó por todos lados y hasta comió en el comedor.
Si una persona realmente hubiera tenido la intención de hacer algún acto de terrorismo, secuestro, robo o similares, la hubiera tenido fácil.
3. Los meseros y los taka takas
La cuota para asistir al foro incluye la comida del mediodía. El comedor tiene una capacidad para atender a 3,000 personas al mismo tiempo aproximadamente (una tarea verdaderamente titánica), y por lo mismo de que se requiere atender a tanta gente (el servicio no era buffet), suena muy lógico que se requieran de muchos meseros (muchos). Por supuesto conseguir a tantos meseros es difícil, y darles capacitación lo es aún más. Y desafortunadamente nadie se tomó la molestia de recalcarles que siendo un evento internacional habría gente de todos lados y el respeto cultural es muy importante. Un día, en pleno momento de mayor actividad y ajetreo, uno de los meseros le pregunta (gritando) a otro: “¿los cafés para dónde?”, a lo que el otro mesero le contesta (gritando): “¡Ahí con los taka takas!”. Afortunadamente fue poca la gente que se dio cuenta. Pero qué mal por los organizadores.
En fin. Este foro estuvo lleno de descalabros y malabares. Pecarí se permite seguirle informando de estos sucesos en las siguientes partes.