El Blog de Pecarí

domingo, agosto 14, 2005

Se solicita sobada

Hoy domingo 14, Pecarí tomó su bicicleta por la mañana y se fue a Vibes, donde recibió un masaje de primera de casi 2 horas. Totalmente renovada, destensionada y suavecita, se vio con su hermano Tucita en el Liverpool de Insurgentes. De ahí pedalearon a la alberca olímpica y mientras se dirigían al restaurante Teppanyaki Taro a comer, el manubrio del Tuza se atoró con el de Pecarí, provocando la caída de esta última. Hasta eso la caída fue inteligente, porque no se arrastró por el piso, sino que cayó boca abajo metiendo las manos, distribuyendo el tremendo trancazo en todo su cuerpo... haga de cuenta como cuando usted deja caer una tortilla en un comal. Aunque el golpe fue general, la rodilla derecha fue la más afectada con un raspón, que pa' qué le cuento, y otro trancazo duro en la parte izquierda de la cadera.
Más adelante Tucita compró alcohol y pañuelos desechables para limpiar la herida (cómo arde el alcohol, caray!) . Después, ambos montados en las bicicletas y como a 10 km/hr llegaron al restaurante donde comieron muy rico y le regalaron a Pecarí un par de Aspirinas, que le cayeron como caidas del cielo.
El regreso ya no estuvo tan mal. De Copilco a la Roma son tal vez como unos 8 kilómetros, quién sabe, pero entre que la velocidad era realmente baja, los chistes eran muy buenos, y los chismes no dejan de entretener, no se sintieron mucho y llegamos sanos y salvos a la gloriosa Roma.
Eso sí, en estos instantes, Pecarí se cae del sueño.