El Blog de Pecarí

miércoles, junio 08, 2005

PelotasGate

¿Recuerda usted cuando iba a la primaria? ¿Recuerda cómo jugaba y se relacionaba con los demás? Como cualquier otro niño, seguramente también tuvo diferencias con sus compañeritos de clases y hasta en una de esas se peleó por algo.
Nunca faltó en ese periodo de nuestras mozalbetas vidas una pelea sin razón por algún juguete o útil escolar, cuyo final se veía adornado por alguna nariz sangrante, un ojo morado o algún moretón (en el caso de las niñas, créame, era peor). Se trataban de gritos y jaloneos, de que nadie entraba en razón, de maestras y padres neurotizados, de acusaciones ilógicas y caprichos inútiles. Pero al término de todas las cosas, todos se sentaban juntos a tomar clases y comerse una paleta helada del señor del carrito en la calle (las de grosella eran buenísimas).
Después pasan los años. Uno crece, pasa la mayoría de edad y se supone que entra en una etapa de diálogos, de razonamiento racional y de respeto......o no?
Pues tal parece que no.
El 2 de julio son las elecciones para gobernador en el Estado de México. Los más fuertes contendientes son los candidatos del PRI (Partido Revolucionario Institucional) y PAN (Partido Acción Nacional), y a punto de que sean las elecciones, se avientan hasta el molcajete. ¿Para qué entretenerse con nimiedades como las propuestas contra la violencia si le puedo sacar los trapitos al otro? A ver, pa' qué?
El último escándalo ahora es por juguetes, sí, juguetes. Se supone que seguidores del candidato del PAN robó al PRI unas pelotas promocionales y han hecho un argüende digno de alguna vecindad arrabalera de la Guerrero. Que si te las robé, que si tú me pusiste una trampa, que si el video está editado que si quién sabe qué. ¡Ay, qué horror! Todo un drama de verduleros sacado de algún "sensasional de mercados". Un encuentro entre el Santo y Blue Demon en el cuadrilátero, parece una lucha heráldica a comparación con estos dos "marchantes".
Resumen: dan pena ajena.
Al final, Pecarí apagó el radio y salió de su hogar para dirigirse a su trabajo. En la jardinera de la banqueta estaba volando un lindo colibrí y pensó que todavía hay muchas cosas bonitas.