Desprogramando con Pecarí

Continuando con el post anterior, es sumamente irónico cómo Pecarí tiene un blog tan chafa, mientras casi la mayoría de sus más cercanos amigos y seres queridos son personas que se dedican a los sistemas, a la programación y similares (osease todo lo relacionado a la computadora). Incluso, aunque ya tiene una computadora en casa, no se puede a veces conectar a "interné" quién sabe porqué.
Ahora bien, también sería justo comprender que por las tarde/noches que llega Pacarí a su humilde hogar tiene varias opciones: aprender a poner pings o lavar el baño, subir fotos a su álbum virtual o lavar ropa, chatear o cocinar la comida del otro día, etc., etc.
Con el perdón de ustedes, pero uno no puede hacer todo el quehacer de una casa, trabajar tiempo completo, atender una gatita, estudiar japonés, salir con los amigos, leer, hacer ejercicio, ver los especiales del National Geographic, y encima de todo eso saber programar.

Pero la verdad es que ayer, que Pecarí fue al súper a comprar comidita para su gatita Suki, a la salida se le acerca un joven y le dice:
Joven- Oye, ¿dónde compraste tu mochila?
Pecarí- ¿la alforja?
Joven- Sí, está padrísima!
Pecarí- (llena de felicidad) La compré en una tienda al sur, en División del Norte... se llama viansi el lugar.
Joven- ¿Viansi? ahh, creo que sí conozco, y ¿como en cuánto te salió?
Pecarí- (Jejejeje, muéranse todos de la envidia!) No, pos una lana, porque además hay que comprarle la parrilla especial.
Joven- Pero como cuánto más o menos.
Pecarí- Híjole, no me acuerdo bien, pero sí me salió en una buena lana.
Joven- Se nota, porque está bien padre... bueno, ahi nos vemos.
Pecarí- Orale, bye.

Este diálogo, aunque corto, llenó de tremenda felicidad y alegría a Pecarí, y le da una razón más para no frustrarse tanto por no saber programar. Pecarí no tiene quemador de discos, pero el cuadro de su bici es de aluminio; tiene una cuenta prestada de interet de dial-up (chafa como ella sola), pero le compró a su bicla faro de halógeno; no sabe cuál es la capacidad de su disco duro, pero ha logrado alcanzar niveles cafrísticos peseriles.

De todos modos, Pecarí agradece profunda y sinceramente a sus amigos por ofrecerse a ayudarla en materia de computadoras y similares, y en una de esas se le hace que les va a agarrar la palabra!